jueves, 28 de octubre de 2010

Antropofagia Sexual



Me da igual lo que me digan ahora,

lo que hicimos ya nadie lo puede cambiar.

Y tu siempre estarás conmigo,

le guste a la gente o no.

Y yo soy feliz.



Fue la única solución que encontramos,

buscando entre mil destinos posibles.

Fue entre tu y yo,

lo demás no importa.



Los dos estábamos de acuerdo.

Nos encontramos y pudimos realizarnos,

pudimos establecer esa unión que ansiábamos,

que nos obsesionaba

y que nos apartaba del resto del mundo.

Encontramos nuestra otra mitad.



¿Quién más puede decir eso?

Sí querido, te comí.

Tu querías ser comido y yo quería comer.

Lo planeamos todo, por dónde empezar,

dónde conseguir suficientes sedantes

para que no notaras nada, o lo justo.



Hicimos el amor entre plato y plato,

qué orgasmos.

Qué sensación, qué placer, cuánto amor.

Sólo nos impulsaba el amor.

Amor fanático, intenso, recíproco.

Amor en su estado puro.

Tanto amor que no podíamos

sino unirnos en carne y hueso.



Te recuerdo, mi ángel, recuerdo tu sabor.

El sabor es el resumen de tu esencia.


Ya nadie me va a separar de ti.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

:o!

Ezequiel Von Hittler dijo...

Siempre que lo leo me dan ganas de escribir.....